Cuando todo está perdido
Título original: All is lost Año: 2013. Duración: 106 min. País: Estados Unidos. Director: JC Chandor. Guión: JC Chandor Fotografía: Frank G. DeMarco Música: Alex Ebert Reparto: Robert Redford Productora: Lionsgate Films / Roadshow Attractions / Before The Door Pictures / Washington Square Films / Black Bear Pictures.
En la fabulosa La vida de Pi, aquella película de Ang
Lee que narraba la aventura de un náufrago, la lucha de éste contra la
naturaleza —animal y marítima— y consigo mismo, llena de emoción y de novedosas
propuestas, y no solo por el 3D, dejó claro que el cine tiene todavía mucho que mostrar y que existe la posibilidad de innovar en terrenos anteriormente
explorados.
Me vienen a la mente propuestas
similares, austeras en personajes pero abundantes en talento e ingenio, producciones
que con apenas cuatro actores cuentan más que muchas otras de casting
interminable. Me refiero a Buried de
Rodrigo Cortés, Náufragos de
Hitchcock, Un dios Salvaje de
Polanski o la más reciente La venus de
las pieles del también realizador polaco de origen francés. Todas ellas
basan su éxito en la tensión y el ritmo narrativo que logran imponer sus
respectivos realizadores. Despojadas de ese ritmo narrativo, el espectador se desentiende
rápidamente.
En la propuesta de JC Chandor,
quien en 2011 dirigía su opera prima Margin
Call, tan diferente, tan radicalmente opuesta que incluso cuesta creer que
las dos películas sean obra del mismo director, el realizador no consigue
imponerle tensión y nervio al filme y apuesta por la sencillez y la sobriedad,
y por entregarle el testigo a un sobresaliente Redford que sin embargo no
consigue sostener todo el peso de la cinta ni disimular las carencias de la misma.
Sin previo aviso, de golpe y
porrazo, sin contextualización previa, dato biográfico o explicación aparente
de su situación Cuando todo está perdido
inicia su narración en pleno Océano Índico, con el sobresalto de un Robert
Redford del que no conocemos ni el nombre y cuyo barco ha chocado contra un
contenedor de carga en medio del mar, abriendo en su proa una enorme grieta
que vierte agua a raudales a su interior. Acompañaremos al bueno de Redford
durante ocho días en su lucha por sobrevivir en un navío hecho jirones que
compensará el anciano navegante con valor e ingenio y un gran instinto de
supervivencia.
La película, en cambio, zozobra por
su falta de riesgo y de innovación. O quizá por exceso de ambos. Cine de
aventuras excesivamente sencillo, sin grandes alardes técnicos o digitales,
discreto en la narración y parco en las formas. Sin nervio pero con mucha
grasa, todo lo que propone es sencillez y veracidad, sin dobles lecturas, sin subtextos.
La lucha por la supervivencia, tantas veces y de tantas maneras retratada a lo
largo de la historia del cine, necesita algo más que una notable actuación sin
diálogos y una brillante banda sonora para proponer algo nuevo. Porque si no,
como en el caso que nos ocupa, aburre soberanamente.
Carlos Rico Hernández-Claveríe
Hola, Carlos. La sensación que tuve con esta película es muy parecida a la tuya. No obstante, detecto varios problemas en tu texto. Para empezar, creo que es muy arriesgado meter en un mismo saco películas tan distintas como "Buried", "La Venus de las Pieles", "Náufragos" o "Un dios salvaje": sería distinto si hubieses mencionado tan solo las de Cortés y Hitchcocks, porque las de Polanski pertenecen a una familia completamente diferente. Es anecdótico, pero aprovecho para mencionar que a mí "La vida de Pi" me pareció una película tremendamente discutible, pero, bueno, sobre gustos... En lo que sí estoy profundamente en desacuerdo es en que digas que la película de Chandor no tiene "grandes alardes técnicos": a mí la película no me gusta, pero toda ella es, en sí misma, un gran alarde técnico. Tampoco entiendo la paradoja que planteas entre falta de riesgo e innovación/exceso de riesgo e innovación. ¿En qué quedamos: esto (o algo parecido) lo habíamos visto ya antes o no lo habíamos visto nunca?
ResponderEliminarun abrazo,
Jordi Costa
Cuando vi la película percibí una extraña paradoja que lamento no haber explicado bien. Por un lado me parece una película que no innova, no aporta nada nuevo al género, no propone nada distinto: en ese sentido me parece una película tremendamente conservadora. Por el otro, el hecho de no plantear nada nuevo, de crear una cinta de aventuras clásica en los tiempos que corren, donde todo es artificio digital, me parece en sí mismo arriesgado y atrevido, incluso encomiable.
ResponderEliminarEn fin, no sé si he aclarado tu duda o la he agrandado todavía más. Es una sensación que tuve cuando vi la película que me cuesta expresar.
Un saludo,
Carlos.