Cinco jóvenes universitarios deciden pasar el fin
de semana en una vieja cabaña alejada de la civilización. Personajes, todos
ellos, arquetípicos: dos tías buenorras, un tipo cool, un erudito y otro que se desvive por la marihuana. Este es el punto de
partida de un homenaje al género que desde el propio cartel promocional nos
advierte de lo mucho que se aleja de lo convencional. A caballo entre la
deconstrucción, la sátira y la parodia, Drew Goddard (guionista de la
interesante Monstruoso), debuta dirigiendo una película con mayor trasfondo del que
parece, y que sabe reírse de sí misma planteando algo nuevo. Con referencias
constantes a otras cintas de terror y adoptando planteamientos ya vistos en la
gran pantalla— Cube, Battle Royale o Los
juegos del hambre— da una vuelta de tuerca más a un género tan desgastado que hacía
evidente la necesidad de una reinvención así. Y lo cierto es que logra aportar frescura y originalidad al
tan maltratado slasher.
Sea o no la intención del
joven director, lo cierto es que el tono de la película confunde al espectador.
Navega entre el humor y la crítica, la sátira y el terror, llegando a rozar la
parodia, siempre con el surrealismo como telón de fondo. Esa extraña mezcla de
sensaciones que genera en el espectador es uno de los grandes aciertos del
filme. Pero como película de terror no termina de funcionar porque en ningún
momento provoca miedo. No obstante los amantes del género sabrán apreciar sus
gags y sus guiños, constantes y difíciles de apreciar en su totalidad
en un solo visionado.
No termina de funcionar, decía, como película de terror. Y
tampoco parece ser esa su intención. Lo único cierto es que como producto de
entretenimiento, el juego que Goddard propone al espectador, al que impone un
vertiginoso ritmo, logra cumplir su función a la perfección durante 90 intensos
minutos. Una nueva vuelta de tuerca al género de terror que, esta vez sí, y
después de tanto malogrado intento, aporta algo nuevo a un género que
necesitaba reinventarse.
Pd.: Si tenéis problemas para subir vuestros textos, mandádmelos a carlawerico@hotmail.com indicando vuestro nombre y los publico yo. Saludos!
Bueno. Pues me has creado más ganas de ir a verla. Estupenda crítica.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarAntes que nada. Soy Jordi, vuestro profe, y aprovecho para indicaros a todos que firméis los comentarios. Será la manera de identificarnos y de generar interesantes debates en el apartado de comentarios.
Esta es una buena crítica para empezar el blog, a la que, de entrada, sólo le haría dos reproches: creo que el término "surrealismo" se usa de manera algo inapropiada. No podemos usar ese término, ni el adjetivo "surrealista", siempre que nos encontremos con algo excéntrico: hay que intentar no abusar de él y usarlo con propiedad. El otro reparo que le pondría es el último párrafo, que me parece algo redundante: lo que dices en él, Carlos, ya lo has dicho antes. Encuentro a faltar que entres de manera más analítica en el sentido de ese juego metalingüístico que propone la película, que es muy interesante, pero no llegas a entrar a fondo en el asunto.
un abrazo,
Jordi Costa