Le week-end
Tïtulo original: Le week-end Año: 2013 Nacionalidad: Reino Unido Duración: 93 min Dirección: Roger Michell Guión: Hanif Kureishi Fotografía: Nathalie Durand Música: Jeremy Sams Intérpretes: Jim Broadbent, Lindsay Duncan, Jeff Goldblum, Olly Alexander, Judith Davis, Xavier De Guillebon, Brice Beaugier, Sébastien Siroux, Marie-France Alvarez, Charlotte Léo, Denis Sebbah, Lee Breton Michelsen.
La complejidad de las relaciones
de pareja, tan bien retratada en el cine
de Lintlaker y en el de Woody Allen, se centra ahora, de la mano del guionista
y escritor Hanif Kureishi y del director Roger Michell (The Mother, Persuasión)
en la etapa crepuscular de dos sexagenarios que visitan Paris tras treinta años
de matrimonio envuelto en dudas, cariño e incertidumbre. El viaje de apenas un
fin de semana de duración supondrá un punto de inflexión para la relación, una
prueba que confirmará su decadencia hasta extinguirlo o lo devolverá a la
pasión del primer día. Un atrevido viaje sin vuelta atrás para reencontrarse
con ellos mismos y con la inestable situación de su matrimonio.
Tratado con minuciosidad,
frescura y habilidad por un Michell quizás más incisivo que otras veces,
también más sutil y certero, y escrito maravillosamente por el genial Kureishi,
el broche corre a cargo de sus dos actores protagonistas. Ella, hastiada
profesora de biología en un instituto, está magistralmente interpretada por una
insaciable Linday Duncan; él, profesor universitario venido a menos, interpretado
por un excelente Jim Broadbent. Ambos, en el crepúsculo de sus vidas laborales,
y quien sabe si también amorosas, regresan al Paris que les vio celebrar su
luna de miel tres décadas atrás entre la incertidumbre de sus vidas, de su
amor, de su trabajo, de lo vivido, de sus hijos. Allí se preguntarán si
verdaderamente existe el amor eterno y si lo suyo ha merecido la pena.
Fiel a su estilo, tanto de guionista como de escritor, Kureishi se vale de lo cotidiano para mostrar su complejidad, esa profundidad de lo simple que siempre ha caracterizado su obra. Los entresijos del amor, sus ilimitadas posibilidades y variaciones. Pero más allá de todo eso, el subtexto más evidente, representado por el constante cuestionamiento de la pareja por lo que pudo ser pero no fue, lo que debió ser pero no es, hasta llegar a la conclusión de que, después de todo, la vida hay que vivirla, y lamentarse no cambiará nada. En eso consiste vivir. Ese “lee menos y vive más” que escribe él en la pared de la habitación del hotel es el perfecto resumen de un drama romántico que juega con los contrastes y los drásticos cambios de tono como recurso narrativo. El tándem Kureishi-Michell, cuatro largometrajes después, confirma nuestras sospechas respecto a su buen funcionamiento con esta disección de la vida en pareja, y de la vida en definitiva, tan bella y brillante como dolorosamente real.
Carlos Rico Hernández-Claveríe