Gente en sitios
Título: Gente en sitios Año: 2013. Duración: 86
min. País: España Género: Drama, Comedia Dirección: Juan Cavestany Guión: Juan
Cavestany Fotografía: Juan Cavestany Reparto: Maribel Verdú, Adriana Ugarte, Alberto
San Juan, Antonio de la Torre, Santiago Segura, Coque Malla, Ernesto
Alterio, Javier Gutiérrez, Carlos Areces, Irene Escolar, Julián
Villagrán, Raúl Arévalo, Roberto Álamo, Eva Llorach, Eduard
Fernández, Javier Botet, Tristán Ulloa, Diego Martín, Martín
Rivas.
Elevado presupuesto y éxito no
tienen por qué ir de la mano. Son innumerables los casos de producciones que
con presupuestos desorbitados han cosechado resultados económicos y artísticos muy
pobres. Y viceversa. Afortunadamente, los avances técnicos permiten crear
proyectos muy dignos con poco dinero. Lo más importante son las ideas y el
talento, y eso no hay dios que lo pague. Desde esa premisa parte Juan
Cavestany-El señor, Dispongo de barcos- en su nueva producción,
Gente en sitios, una arriesgada
propuesta que sin apenas dinero puede presumir de ser uno de los estrenos
nacionales del año.
Gente en sitios tiene más de
teatral- donde Cavestany empezó trabajando y sigue haciéndolo con la compañía Animalario — que de cinematográfico.
Cavestany se aleja del relato convencional para construir una película incisiva
y libre-estructural y creativamente — por medio de pequeños relatos hiperbólicos
para, sin respuestas concretas, tratar de explicar la realidad social que nos rodea.
Más de 40 actores— el mejor reparto de una película española en años— componen
un filme que mezcla contenido político, satírico y social cuyo resultado es un
ejercicio endiabladamente arriesgado que golpea la conciencia del espectador y
le obliga a reflexionar. Pocas veces una película tan aparentemente liviana,
inocua y superficial había planteado tanto con tan poco.
La cámara de Cavestany se mueve
de manera inteligente para construir un relato sin cohesión aparente (apenas un carrusel
de microhistorias, algunas de ellas inconclusas), cuyo sentido unitario acaba
siendo mayor que la suma de sus partes, y con un denominador común: el retrato
de la sociedad española actual. Talentosa radiografía de una sociedad que vive
aturdida por una situación de la que no sabe, ya no sólo como salir, sino cómo
afrontar. El realizador madrileño construye de esta manera una película atípica
que habla de la crisis desde la crisis, con una fotografía y un montaje más
propios del cortometraje underground
que le otorga al filme un resultado tan
poco estético como premeditado. No hay en ello ausencia de estilo, más bien al
contrario. Una película provocadora que perturba y sacude al espectador. Una
cinta valiente y efectiva, tan desconcertante y desoladora como necesaria.
Carlos Rico Hernández-Claveríe
Buena crítica de una película muy complicada de analizar, sin duda. Lo único que me ha chirriado en el texto es cuando dices que la película es "aparentemente liviana, inocua y superficial": el tono es, en efecto, de comedia, pero lo que va calando en el espectador es una sensación de inquietud que, como bien dices, lleva a la reflexión. Es una de esas películas donde el todo es más que la suma de las partes, pero algunas de esas partes son excepcionales: sin ir más lejos, la escena de Eduard Fernández. A mí me recordó más a "El fantasma de la libertad" de Buñuel que a una película de sketches a la italiana.
ResponderEliminarun abrazo,
Jordi Costa