martes, 18 de febrero de 2014

Viaje hacia el reencuentro


Nebraska

Título original: Nebraska Año: 2013 Nacionalidad: USA Duración: 115min Dirección: Alexander Payne Guión: Bob Nelson Fotografía: Phedon Papamichael Música: Mark Orton Intérpretes: Bruce Dern, Will Forte, Stacy Keach, Bob Odenkirk, June Squibb, Missy Doty, Kevin Kunkel, Angela McEwan, Melinda Simonsen.

Alexander Payne, uno de los referentes del cine indie americano, es además un director con un estilo propio, característico y fácilmente reconocible. Desde A propósito de Schmidt a Los descendientes, ha conseguido crear un universo identificable, mezcla de drama y comedia con grandes tintes de humor, y unos personajes que suelen, a través de un viaje que revolucionará sus vidas y su percepción del mundo, maldecir su mala suerte y despreciar su existencia.

Esos dos personajes son, en este caso, Bruce Dern y Will Forte, padre e hijo, los que emprenderán un viaje de más de mil kilómetros (desde Billings, Montana, a Lincoln, Nebraska) para cobrar un premio de dudosa fiabilidad, un reclamo publicitario de un millón de dólares. Ese viaje les hará pernoctar en su pueblo natal, en lo que supondrá un repaso de su infancia, de sus vidas, sus amistades y sus orígenes, un redescubrimiento de su relación. Un reencuentro con sus vidas pero sobre todo con ellos mismos en uno de esos lugares de la América profunda en los que rara vez pasa algo y que registra magistralmente la cámara de Payne.

La película rescata del olvido a dos magníficos intérpretes y nos descubre a un tercero. Bruce Dern y June Squibb son marido y mujer en la ficción, y desprenden talento y credibilidad. Dern brilló en cine en los años 60 y 70, trabajando con realizadores de la talla de Hitchcock y Sydney Pollack; Squibb es una secundaria que se dio a conocer en teatro y que en los 90 participó en películas como Esencia de mujer, y ya con Payne en A propósito de Schmidt. La película concede una nueva oportunidad a estos dos gigantes cuyas carreras parecían terminadas. Ambos están nominados al Oscar por su trabajo, y Dern ya recibió el premio al mejor actor en el último Festival de Cannes. No obstante sería injusto pasar por alto— como ha hecho gran parte de la crítica— el trabajo de Will Forte, un magnífico descubrimiento eclipsado por la interpretación de sus padres en la ficción y que sin embargo soporta— y de qué manera— gran parte del peso de la película.


En esta road movie el viaje emprendido supone una catarsis para sus personajes. En Nebraska se encuentran varios de los grandes temas tratados en la filmografía de Payne, a saber, las dificultades que provoca la vejez, las complicadas relaciones familiares- prestando especial atención a las paterno-filiales—, la reconciliación, la radiográfica satirización de la sociedad americana o el cinismo y la mezquindad que habitan en el ser humano. Todo es veracidad en ella. Conjugando a la perfección el drama y la comedia crea, sin artificio alguno, una conmovedora película que cautiva y embelesa con ese precioso y poético blanco y negro que es ya una rareza y que tan poco gusta a los estudios americanos, pero que tan buenos resultados da cuando se emplea bien, como es el caso. Tierna sin caer en el sentimentalismo mediocre, brillante y profunda siempre, y dolorosamente divertida sin caer en la risotada fácil, la película se cierra con una escena memorable y tremendamente emotiva. El broche final a uno de los mejores trabajos del realizador nacido, curiosamente, en Omaha, Nebraska.


Carlos Rico Hernández-Claveríe

1 comentario:

  1. Hola, Carlos. A mí la película me entusiasmó bastante menos que a ti, pero me costaría encontrar los motivos que la convierten en la película de Payne que menos me ha interesado hasta la fecha. Creo que hay cierta afectación en la elección del blanco y negro, pero, más allá de eso, es, en efecto, una película sólida y con todos los valores que tú destacas en este texto que te ha quedado claro, contundente y muy sólido.

    un abrazo,

    Jordi Costa

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