domingo, 25 de mayo de 2014

Distancias insalvables



10.000 km


Título original: 10.000 km Año: 2014. Duración: 98 min. País: España. Director: Carlos Marqués-Marcet. Guión: Carlos Marqués-Marcet, Clara Roquet Fotografía: Dagmar Weaver-Madsen Reparto: Natalia Tena, David Verdaguer.

Cada vez más cineastas deciden plantear historias que giren en torno al uso de las tecnologías, a la importancia de estas en el día a día o al menos que éstas tengan un desarrollo fundamental en la historia que se cuenta. Así, Charlie Brooker consiguió, con Black Mirror, crear una serie televisiva que describía la sociedad distópica de un futuro indeterminado provocado por la (mala) utilización de la tecnología. Recientemente, Spike Jonze trató, en una película que encaja perfectamente en el patrón de Brooker, un tema similar en Her, la película que protagoniza Joaquim Phoenix y que recibió el Oscar al mejor guion original. En 10.000 km, drama romántico pergeñado por Carlos Marqués-Marcet, la historia no se desarrolla en un futuro próximo sino en el presente más inmediato. Alex y Sergi, Natalia Tena y David Verdaguer, son una feliz pareja afincada en Barcelona. Ella, profesora de inglés, sueña con dedicarse algún día a su pasión, la fotografía; él, profesor de música, estudia para sacarse unas oposiciones. Ambos buscan su primer hijo. Un inesperado mail rompe con la tranquilidad del ambiente y de la relación: Alex ha recibido una beca de fotografía en Los Ángeles. Él se queda en España. Y ella, claro, se va.

El viaje transoceánico que emprende la protagonista, convierte la ópera prima de Carlos Marques-Marcet —premiado con la Biznaga de Oro, mejor atriz, dirección y guion novel en el Festival de Málaga— en una sucesión de días capitulados. La relación de pareja queda entonces limitada a las posibilidades comunicativas de la tecnología. Tecnología que funciona aquí como una herramienta tremendamente útil para salvar la distancia que separa a la pareja, como el único sistema para comunicarse —y verse— en tiempo real, la única esperanza a su separación. A diferencia de Black Mirror y, en menor medida, de Her, aquí el planteamiento es optimista y esperanzador, la tecnología es retratada como algo positivo y enriquecedor, como herramienta básica para la supervivencia de las relaciones a distancia, como el único clavo al que aferrarse ante la imposibilidad de verse físicamente.


Y es desde esta perspectiva —aunque limitada, en un principio esperanzadora—, desde la que Marques-Marcet consigue retratar el deterioro de una pareja que sufre por los miles de kilómetros- océano mediante- que les separa. Y ése es el verdadero acierto del realizador catalán, tratar un tema tan antiguo como el amor desde las posibilidades de las nuevas tecnologías, aportando así una perspectiva completamente distinta. Con un presupuesto limitado —la totalidad de la película ha sido rodada en Barcelona- pero con talento e inteligencia, Marcet emplea planos largos- larguísimos en ocasiones— y, cómo no, fijos, en los que es la pareja protagonista —únicos intérpretes del film— la que soporta el peso dramático de la trama. El larguísimo plano que abre la película es brillante y, junto a éste, serán dos escenas resueltas por Marqués-Marcet con maestría (la imposible escritura de un mail por parte de él y la climática y potente escena final), las más destacadas de un film pesimista y desesperanzado en su tramo final, solvente y eficaz, que acaba por convencer al espectador, igual que a la pareja protagonista de que, por mucha tecnología que utilicemos para acercar nuestras vidas, las distancias siguen siendo dolorosamente insalvables y la sensación de proximidad una mera ilusión.


Carlos Rico Hernández-Claveríe

2 comentarios:

  1. De nuevo, muy buena crítica, Carlos, aunque te discuto algunas cosas: me parece un poco arriesgado y delicado afirmar que "Her" "encaja perfectamente en el patrón de Brooker": creo que Brooker construye un espacio distópico, mientras que lo que muestra Jonze es, en el fondo, una utopía donde se sigue manifestando la soledad y la desconexión del ser humano. Por otro lado, entiendo perfectamente lo que quieres decir, pero leyendo el texto da la impresión de que, en el curso del mismo, cambias varias veces de opinión acerca de si es una película optimista y esperanzada o lo contrario. Yo creo que es lo contrario.

    un abrazo,

    Jordi Costa

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  2. Me temo que por no querer incurrir en un 'spoiler' ha quedado poco clara mi postura. Considero, igual que tú, que la película es pesimista respecto al uso de las tecnologías como forma de comunicación a distancia, especialmente desde la mitad del metraje en adelante. No obstante creo que la idea en el punto de partida del director es esperanzadora, y esa esperanza se va diluyendo conforme avanza el metraje hasta hacer evidente su pesimismo.

    Respecto a lo de 'Her', no puedo estar más de acuerdo. Quizás la palabra patrón no es la más acertada, más bien al contrario. Me refería a que el punto de partida (un futuro próximo aunque indeterminado) y la temática son muy similares a los de la serie de Brooker, no así su tratamiento ni su desesperanzada idea de la tecnología.

    Espero haber arreglado el entuerto.

    Un saludo,

    Carlos Rico

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