lunes, 18 de noviembre de 2013

¿Es que nadie piensa en los niños?


 El juego de Ender

Título original: Ender’s Game Año: 2013 Duración: 114 minutos País: EE.UU. Género: Ciencia ficción. Estudio: Kurtzman/Orci, eOne Films Director: Gavin Hood Guión: Gavin Hood (Novela: Orson Scott Card) Música: Steve Jablonsky Fotografía: Donald McAlpine Reparto: Asa Butterfield, Harrison Ford, Abigail Breslin, Ben Kinglsey, Viola Davis, Hailee Steinfeld.




Dos jóvenes aspirantes a héroes de guerra experimentan en gravedad cero con sus nuevas armas y flamantes trajes. “¡Dispárame!”, le dice el uno al otro entre la ilusión y la expectación. Al otro lado, observando con atención su maquiavélica obra, jefes militares que ya peinan canas se regodean al ver que este adoctrinamiento, que este entrenamiento disfrazado de videojuego hiperrealista está creando frías e imponentes máquinas de matar.

Como si de una 'chaqueta metálica' de instituto espacial se tratara, 'El juego de Ender' se dedica a subrayar durante su primera hora y media todas las filias armamentísticas y militaristas del pueblo americano en forma de sueño húmedo de gamer adolescente, para esbozar en el tramo final una crítica contra esas mismas instituciones que banalizan la violencia y utilizan a su belicoso antojo a los héroes de usar y tirar que ellos mismos han creado. El enfoque de instituto de secundaria (la soledad del diferente en el comedor, las peleas en los baños...) con que se le dota al entrenamiento constituye un acierto, pues será la forja del líder, con sus correspondientes desaveniencias con los superiores, toma de decisiones, amistades y amores sugeridos lo que mejor funcione. Los juegos de guerra, un remiendo de los partidos de quidditch de la saga de Harry Potter y el alma competitiva de los de 'Top Gun', sirven como preparación para una batalla final que nunca llega, convirtiéndose este Juego de Ender en la hermana sin sangre y sin mala leche de aquella otra crítica intergaláctica incomprendida que fue 'Starship Troopers' o si se prefiere en el equivalente juvenil y fantasioso de 'Jarhead'. Si bien su tesis es loable (recordemos que adapta el clásico homónimo de ciencia ficción escrito por Orson Scott Card), la película queda descompensada, correcta visualmente, con una planificación de escenas cercana a los videojuegos de última generación – algo que su director Gavin Hood ya mostró como seña de identidad en la primera entrega de 'Lobezno' – pero ahogada por su sorprendente falta de acción, sus excesivas explicaciones en forma de peroratas y por un final verdaderamente anticlimático tanto para sus jóvenes y confundidos protagonistas como para los espectadores. Hay una base interesante y compacta para crear una saga, en especial por la fuerza que pueden insuflar los personajes de Harrison Ford y Ben Kingsley, pero aparece diluida, tan sólo esbozada en esta primera cinta que no entrega la suficiente épica ni diversión que su público potencial podría esperar, y que tampoco cuaja una crítica convencida contra el autoritarismo y el adoctrinamiento militar, pues al igual que los jóvenes soldados parece más fascinada por la mística de la guerra que por su abolición.

José Colmenarejo

1 comentario:

  1. Hay cosas que me gustan mucho en esta crítica. Por ejemplo, afortunadas expresiones como "sueño húmedo de gamer adolescente," y la paradoja que encuentras al final entre la fascinación y la abolición. No obstante, encuentro cosas a faltar: me gustaría que hubieses contextualizado más la obra de Scott Card y que entraras más a fondo en la relación entre la obra original y la película (entiendo que no podemos leerlo todo, pero en un caso como este creo que sería importante y que conocer el libro nos puede proporcionar una posición más idónea para juzgar la película). Por ejemplo, no he visto"El juego de Ender", pero encuentro arriesgada la relación con "Starship Troopers", película que jugó a transgredir el sentido de la obra original por la vía de la hipérbole militarista reciclada para fines satíricos. Me temo que no es el mismo caso y que no es adecuado homologar las dos películas. Pero, dejando eso de lado, es un texto sólido y bien construido: permíteme que me ponga un poco pesado con estas cosas, que no dejan de ser importantes.

    un abrazo,

    Jordi Costa

    ResponderEliminar