lunes, 25 de noviembre de 2013



La fría y dura infancia

SisterAño: 2012. Duración: 97 min. País: Suiza. Director: Ursula Meier. Guión: Ursula Meier. Reparto: Kacey Mottet Klein, Léa Seydoux. Productora: Coproducción Suiza-Francia; Archipel 35 / Véga Films




La historia del cine nos demuestra que la cinematografía europea ha estado siempre muy atenta en captar la realidad social de su tiempo. Estamos hablando del comúnmente conocido como cine social, que plantea estéticamente un cine sin artificios y que conlleva un importante componente ético y moral en la relación de los artistas con la sociedad. Este cine tuvo su máxima expresión, tras la devastación motivada por la II Guerra Mundial, en la Italia de la posguerra a través del "Neorrealismo italiano" con maestros como Roberto Rosellini o Vittorio De Sica. En España, en ese momento contamos con un referente, Juan Antonio Bardem, que mostró los problemas sociales derivados de nuestra posguerra. Posteriormente, en torno a los años 60, se produjeron diferentes movimientos relacionados con este tipo de cine en países como Checoslovaquia o Hungría. El más destacado se desarrolló en Inglaterra, el denominado "Free cinema", a través de directores como Lindsay Anderson o Tony Richardson. El realismo social británico tuvo su continuación en los años 90 con directores como Ken Loach, Stephen Frears o Mike Leigh. Hasta llegar a nuestros días, donde son numerosos los directores repartidos por toda Europa (con el inevitable referente de los belgas Dardenne o en nuestro país de Fernando León de Aranoa) que presentan películas comprometidas con los problemas de los tiempos actuales.

En 2008, la francesa-suiza Ursula Meier, hasta entonces asistente de dirección de Alain Tanner, además de guionista-directora de cortos muy premiados y de trabajos para televisión, debuta con la interesante "Home, ¿dulce hogar?" (2008), una película que nos narraba con veracidad, pero al mismo tiempo con un punto de surrealismo la historia de una familia poco convencional que vive junto a una autopista. A través de metáforas bien logradas ya nos mostraba su interés por la familia y otros problemas derivados de la sociedad contemporánea. En "Sister", su segunda película, que recibió una mención especial en el Festival de Berlín, se desprende de todo artificio, y nos presenta la dura historia de Simón, un niño de 12 años que roba en una lujosa estación de esquí. En la ladera de la montaña, en una desangelada torre de edificios vive con su hermana mayor, una joven perdida y desorientada con la que actúa de una manera casi paternal (interpretada por Léa Seydoux, actualmente en cartel también por la maravillosa "La vida de Adèle") e intenta revender el material robado para poder subsistir. Unas pocas frases, en el siguiente dialogo, nos resumen el espíritu de la película: "¿Por qué robas? No lo sé. Para comprar cosas. ¿Cosas? ¿Qué cosas? ¿Juguetes? ¿Dvds? ¿Videojuegos? No, señor. Comida, papel higiénico, leche, pasta, cosas así".

"Sister" es el frío de las montañas nevadas, pero también el frío emocional de un niño falto de amor y cariño. La película nos remite a otras películas de niños desamparados como el Edmund de la gran "Alemania, año cero" (1948) de Roberto Rosellini o el caso más recientemente del Cyril de "El niño de la bicicleta" (2011) de los hermanos Dardenne donde se profundiza sobre la infancia y las consecuencias de un núcleo familiar inestable. Meier, con la estética, la ética y el ritmo narrativo del buen cine social, ha hecho una película dura, seca, realista pero que encierra y nos transmite una contenida emoción a medida que vamos siguiendo las andanzas del joven Simón. Acaba la película y uno se da cuenta lo cerca que se encuentran dos mundos, el acomodado y el precario. Tan cerca como los dos extremos que separan el trayecto de un teleférico.

Sergio Zamora Sainz-Ezquerra


1 comentario:

  1. Creo que al texto le pesa un poco el primer párrafo: creo que está bien contextualizar, pero aquí recapitulas un fragmento clave de la historia del cine y no sé si es estrictamente necesario que lo hagas: por otro lado, creo que es problemático igualar a los Dardenne con Fernando León, porque encarnan dos maneras divergentes de afrontar el problema del realismo y lo social en el cine). El resto de la crítica me gusta mucho y el párrafo final es esclarecedor y brillante.

    un abrazo,

    Jordi Costa

    ResponderEliminar